Mentiras (parte 6)

Mientras se perdía en esos hermosos ojos negros, sonrió y se dirigió a la caja para poder pagar todo lo que se encontraba en su canasto. Mientras esperaba en la cola, sonreía y pensaba en la visita que tendría esa misma tarde. Luego de pagar, tomó las bolsas y mientras caminaba para salir del supermercado se le cayeron algunas. Ella se agacha a buscarlas y ve que alguien la ayuda a levantarlas, era Tomás que se ofreció a llevarla a su casa en auto. Ella se niega repetidas veces pero él insiste de modo que ella termina aceptando, dejan las bolsas en el baúl y al entrar al auto él enciende la calefacción y cierra las ventanas. Comenzaba a hacer calor allí adentro y ella sintió la necesidad de desabrocharse el tapado, continuaba callada mientras miraba la lluvia caer. Al llegar, él por segunda vez la ayuda con las bolsas y ella sonríe como una manera de agradecimiento. Entra a su casa y deja las bolsas en la mesa, se sienta en el sillón y trata de no pensar más en aquella mirada intimidadora.