viernes, 26 de agosto de 2011

Dejaste que el dolor te curtiera la piel...

Hacía mucho que no escribía y hacía mucho también que ni siquiera lo intentaba. Capaz porque anduve ocupada con otras cosas, aunque en realidad no creo que sea una excusa válida. Hoy, estoy otra vez sentada acá porque nuevamente me siento mal y lo peor de todo es que ya no me sale ni llorar. Últimamente me lo pasaba haciendo, quizás ya no tengo más nada para "largar".
Es difícil explicar todo lo que siento en unos simples párrafos, esta vez no es una sola cosa, es un conjunto de muchísimas y sin contar todos los cambios que acontecieron mi vida en estos últimos meses. Uno de esos cambios fue que me enamoré, igual creo que quedó bastante en evidencia debido a algunas entradas anteriores, pero me enamoré de en serio, creo que por primera vez. Es increíble las ganas que tengo de estar todo el tiempo con él, de abrazarlo a cada momento, de ser simplemente yo la que lo haga feliz. Me hace demasiado bien el hecho de que nos llevemos bien, de admirar su forma de ser pero al mismo tiempo toda esta situación me hace muy mal porque de a ratos, más bien casi todas las horas que conforman el día, entiendo, me replanteo y vuelvo a entender que no es mío y que no sé si alguna vez va a serlo. Y a esta altura capaz ni importe eso, te juro que me conformo con escuchar su voz, con escucharlo reír (ni te imaginás lo que me encanta verte reír), con que me diga hola y con que de vez en cuando me de esos hermosos abrazos que sólo el sabe dar.
Últimamente, es normal en mí que en algún momento del día siente ganas de llorar, aunque sean mínimas, pero no creo que él sea la única razón (quizás gran parte pero no la totalidad). Creo que lo que más duele de todo es sentir que vuelvo a pensar y a sentir lo mismo que hace un par de años, y si vuelvo a lo mismo debe ser porque nunca lo superé de verdad, porque muchas veces preferí tapar todo con una sonrisa, creyéndome inclusive el hecho de que estaba bien cuando, en realidad, por dentro estaba hecha pedazos y ni yo me daba cuenta.