martes, 7 de julio de 2009

Mentiras (parte 2)

Ya no podía retractarse, no podía juntar fuerzas y decirle que en realidad lo que menos quería era decir "está bien". Él se despidió con un te amo que ya no parecía para nada sincero y ella con la voz quebrada susurró: "yo también". Él colgó el teléfono sin darse cuenta que ella realmente estaba mal y ella mientras recordaba todos los momentos que compartieron juntos, dejó escapar una lágrima que fue seguida por el impulso de tomar un cuchillo y querer cortar todas y cada una de sus venas. Acercaba lentamente el filo a una de sus muñecas pero el cuchillo cayó al piso y ella se sentó nuevamente al lado de la puerta, las lágrimas bañaban sus ojos y sus mejillas cuando el timbre volvió a sonar. Nuevamente temblando y con la esperanza de que fuera quien ella esperaba, miró por la mirilla y vió que del otro lado estaba parado un hombre de ojos negros y piel oscura. No podía abrir la puerta en ese estado a una persona que ni siquiera conocía, así que tomó las llaves y cerró la puerta para luego dirigirse a la habitación con la necesidad de acostarse y no volver a despertar.

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