Mentiras (parte 3)

Eran las ocho de la mañana y una gota que cayó sobre su cara la hizo despertar. Se había olvidado de cerrar la ventana la noche anterior y en ese momento la lluvia bañaba la ciudad. Al levantarse fue directamente a lavarse la cara como suele hacer todas las mañanas y luego se dirigió a la cocina donde se preparó su rutinario café con leche y tostadas con manteca. Era sábado pero ni el día ni su ánimo le daban ganas de salir. Al terminar de desayunar fue a vestirse y cruzó la calle para alquilar una pelicula. Volvió a cruzar la calle y entró nuevamente a su casa, se volvió a acostar en su cama y tapandóse hasta la nariz comenzó a ver la pelicula. Era como si el director de aquel drama la hubiera estado espiando para luego escribir una película de su vida, cada minímo detalle era una copia exacta de lo que estaba viviendo en esos días. La lluvia cayendo sobre su techo y la película, lograban que se emocionara a tal punto que no hubiera un segundo de la película en el que ella no derramara por lo menos una lágrima. La pantalla se torna negra y los créditos comienzan a aparecer, ella sin antes apagar la televisión se para en busca del teléfono. Marcó el número mientras la última lágrima rodaba por sus mejillas y con miedo por lo que pasaría después, se sentó mientras escuchaba el tono de espera.