Año nuevo, vida vieja.

Termina el año, miles de cosas quedan atrás y miles de cosas nuevas nos esperan en este año que se aproxima. ¿Y qué es acaso lo que festejamos cada 31 de diciembre?¿Es acaso un motivo para festejar? Si después de todo muchos de los problemas que tenemos este año los vamos a seguir teniendo el año que viene, pero desde mi punto de vista todos los 31 de diciembre se festeja el haber aprendido miles de cosas, el haber logrado salir adelante a pesar de cada caída que tuvimos, se festeja más que nada los logros que conseguimos en el año asi como también las cosas que nos lastimaron o afectaron pero que a la vez nos hicieron crecer como personas. Yo en este 2008 que está por terminar logré darme cuenta que la perfección no es lo más importante, que el dinero tampoco, que es mucho mejor dar que recibir, que la soledad no dura para siempre y hasta logré darme cuenta que esas personas a las que llamaba AMIGOS, nunca lo fueron en realidad. Uno con el paso del tiempo va perdiendo la inocencia, y aunque no querramos siempre es así, los años pasan y con ellos vamos dejando a un lado aquella hermosa niñez en la que nos conformabamos con tan poco, en la que los problemas que teníamos eran tan insignificantes comparados con los que tenemos ahora. No me arrepiento de haber crecido, aunque muchas veces lo diga, si lo pienso bien no quiero volver a tener cinco años, no quiero ser inocente y no darme cuenta de miles de cosas. No quiero no poder luchar por lo que necesito, por lo que quiero. Prefiero seguir creciendo y madurando, para poder buscar un significado de todas las cosas que me faltan por conocer y entender. Principalmente quiero decir GRACIAS. Agradecerle a Dios por la vida que me dio, por las personas que me hizo conocer, por los momentos más felices y tristes de mi vida. Quiero agradecer también a TODAS las personas que pasaron por mi vida (incluyendo a todos los que me lastimaron y que me hicieron llorar más de una vez), cada una me sirvió para ser mejor persona, algunos lastimandome me hicieron darme cuenta de que tengo que salir adelante a pesar de todo, que ante todo tengo que conservar la sonrisa. Y por otro lado, está mi familia, esas personas que nunca me faltaron, con las que muchas veces me peleo por distintos motivos pero que ahora, cuando me pongo a pensar, me doy cuenta que todo lo que hacen es para cuidarme. Pido perdón a toda la gente que lastimé, ofendí. Pido perdón también por haber dicho muchas cosas de ciertas personas solo porque estaba enojada por todo lo que me hicieron sufrir. Sé que este año que viene me esperan muchas más cosas, más emociones por vivir: Risas, lágrimas, bronca, impotencia, pudor, entre miles de sensaciones. Y también sé que no me arrepiento de nada de lo que hice este año ya que todo lo hice por una razón. Solo quiero desearles un buen comienzo de año a todas las personas y dejar bien en claro que empezar un nuevo año no significa necesariamente empezar una nueva vida. Solo me queda una cosa para decir: Año nuevo, vida vieja.