domingo, 9 de agosto de 2009

Mentiras (parte 9)

Parada en la puerta no podía dejar de observar como la figura de aquel hombre se perdía en la noche. Una vez más, las lágrimas inundan sus pómulos y ella se dirige a la cama para acostarse a dormir. Su profundo miedo a la soledad y sus deseos de estar con él por lo menos un segundo más, no la dejaban dormir. Sola en su cama enroscada entre las sábanas y mirando al techo, no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado esa noche. El telefóno suena, su corazón late cada vez más rapido y su respiración se agita. Caminando rápidamente y con sus pómulos todavía inundados se dirige hacia el telefóno.
-Hola-susurra ella con miedo.
-Hola ¿si? ¿Remisería?
-No, equivocado.
Tres palabras alcanzaban para romper todas sus ilusiones y para lograr que su soledad pareciera cada vez más profunda. Ya cansada de llorar se volvió a recostar en la cama con el simple deseo de poder dormir.

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