Vine hasta aquí para poder abrazarte
y sentí que ya tus brazos se niegan a ir hacia los míos lento.
Hoy vine hasta aquí
dejando atrás el aroma a ciudad,
que la amargura que intento cambiar
no sea mi alimento.
Voy a mentir
cuando les diga que ya superé,
que nunca hubo dolor en mi piel,
que nada tuyo existe, nene, no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario